Cuando las personas vamos al psicólogo, tenemos que tener en cuenta nuestro tipo de apego. Existen 4 tipos de apego: ansioso, evitativo, desorganizado y seguro. ¿Te has planteado cuál es el tuyo?
Para identificar qué tipo de apego somos, es importante partir de los recuerdos, cuáles eran o son los vínculos con las figuras de referencia como nuestros padres, o dicho de otra forma, cada experiencia vivida y recordada de niños. Descubre qué estilo de apego tienes…
ESTILO DE APEGO ANSIOSO
Es muy probable que de niño tuvieras cuidados intermitentes, tu madre o tu padre no siempre estaban ahí para cuidarte. Y de adulto por tanto tienes la necesidad de ser querido, de trazar relaciones íntimas y de buscar la sensación de sentirte cuidado. Además, buscas una comprobación constante de que esto es así, buscas pruebas de que efectivamente estás siendo cuidado. En un punto muy extremo necesitas más y más de los otros y nunca es suficiente, además, valoras mucho a la persona con la que estás y por lo tanto sientes que quieres ser valorado de la misma manera. Es probable que tengas la autoestima baja y que te culpes a ti mismo de que algo no está bien en ti. También es probable que muestres una alta desregulación emocional.
Durante la terapia buscas a un o una terapeuta que te calme y te entienda, que te recoja al fin y al cabo sin juzgar. Eres una persona que al principio de la terapia se vincula muy bien, pero si no te sientes comprendido, validado o recogido no continuarás en la terapia. También buscas inmediatez en los resultados y así lo demandas porque vienes con mucho malestar, además consideras que algo está mal en ti y quieres descubrir qué es y cambiarlo rápido. Durante la terapia es probable que te resistas y aparezcan miedos a los cambios que la propia terapia provoca y a las reflexiones que te crean incertidumbre. Dudas también del proceso terapéutico, considerándolo solo una herramienta de consuelo.
Si tu terapeuta ha identificado en ti un estilo de apego ansioso, utilizará una serie de técnicas y recursos en sus sesiones como:
- La ESCUCHA ACTIVA y EMPÁTICA, no minimizar el problema, o quitarle importancia.
- La CONEXIÓN con el mundo emocional, tu terapeuta tratará de identificar muy bien qué emociones vives y las sostendrá en la terapia.
- REGULACIÓN EMOCIONAL, cuando te hayas expresado, la gestión de la emoción pasará a una forma menos intensa y más adaptativa.
- LÍNEA de la VIDA de las RELACIONES INTERPERSONALES, tu terapeuta tratará de desvincular tu creencia de “soy así”, a “estoy así en función de las relaciones que he vivido”.
- Técnicas del LUGAR SEGURO (imaginarás un lugar seguro con detalle que hace que te invada una sensación de paz), el HAZ DE LUZ (imaginarás un haz de luz de la forma y color que visualices, que viaja por todo tu cuerpo como una luz sanadora, hasta llegar a dónde identificas el malestar en tu cuerpo para finalmente disolverse y desaparecer), el TRIÁNGULO DE KARPMAN (análisis transaccional que explica los diferentes roles que jugamos cada uno de nosotros en las relaciones, las causas, consecuencias y cómo podemos salir de estos roles).
- AUTORREVELACIONES, tu terapeuta comentará cómo consigue regular sus emociones y qué técnicas le funcionan mejor.
ESTILO DE APEGO EVITATIVO
Es probable que de niño no te sintieras querido o que tu madre o tu padre no mostraran emociones de amor, ternura o cariño. En cambio tus padres sí que valoraban tus logros académicos de forma diferenciada. De adulto, por tanto, te valoras por los logros profesionales, y lo que deriva de los mismos. No te involucras emocionalmente con los demás y tampoco con tu pareja, para no revivir un posible rechazo. Tu problema no es la autoestima, ya que tienes muy bien colocada la emoción del orgullo, incluso por exceso y tienes un importante carácter narcisista, tu dificultad reside en la conexión emocional con otros.
Probablemente, quieras ir a terapia porque otros te han dicho que sea necesario hacerlo y por ello exiges mucho de ella, y no es fácil vincularse en un principio contigo. Vives la rabia pero no la tristeza, y no profundizas demasiado en tus emociones, se quedan a un nivel más superficial. Eres muy racional y cognitivo.
Si tu terapeuta ha identificado en ti un estilo de apego evitativo, utilizará una serie de técnicas en sus sesiones como:
- Aquellas derivadas del enfoque COGNITIVO-CONDUCTUAL. El objetivo es ir poco a poco en la vinculación y no querer una rápida conexión emocional entre el terapeuta y tú.
- El DIÁLOGO SOCRÁTICO.
- La pregunta clave para vincular bien sería: ¿Qué crees que puedes conseguir de la terapia, en qué te puede ayudar tu terapeuta y la terapia?.
- CUENTO DE BUCAY: la tristeza y la furia.
- La Psicoeducación sobre el APEGO y el trabajo de LA LÍNEA de la VIDA de relaciones interpersonales.
- PELÍCULA DE INSIDE OUT para comenzar a conectar emocionalmente y psicoeducación en este ámbito.
- Juego de CARTAS EMOCIONALES DIXIT.
- Técnicas narrativas y de relajación.
ESTILO DE APEGO DESORGANIZADO
Se trata del estilo de apego más grave, y puede visualizarse como una combinación de los dos anteriores (ANSIOSO y EVITATIVO) con patrones más exagerados.
De niño es probable que sufrieras maltrato, abuso o negligencia, viviste en cualquier caso una infancia con mucho dolor. Por ello de adulto te muestras disociado ya que es muy complicado integrar la experiencia traumática vivida y normalizarla (todo va bien y es normal o todo va mal y es una catástrofe). Eres un adulto que se siente incómodo en las relaciones íntimas y muy desconfiado, por miedo a ser herido y a sentirte poco valorado. Tienes muchas dificultades para llevar una vida con rutinas.
En terapia das la sensación de que todo está bien pero no confías en el vínculo terapéutico, ni tampoco en la relación terapéutica, y tienes gran desesperanza de que la terapia funcione. Sientes incomodidad con relaciones íntimas, también con tu terapeuta. No conectas con tus emociones y si conectas no sabes lo que significa y cómo estas pueden ayudar a tu proceso de bienestar.
Si tu terapeuta ha identificado en ti un estilo de apego desorganizado, utilizará una serie de técnicas en sus sesiones como:
- Saber mantener la distancia emocional a la vez que admirará tu forma de lucha interna.
- Evitar técnicas o propuestas que le puedan desestabilizar o retar demasiado.
- Buscar la supervisión constante.
- Ayudarse del trabajo multidisciplinar.
- Trabajo de programación de rutinas, relajación y mindfulness.
ESTILO DE APEGO SEGURO
De niño tus figuras de referencia se mostraron sensibles y atentos a tus necesidades. Además, mostraban empatía y favorecían la exploración del mundo y la vivencia de emociones. Había contacto físico y emocional.
De adulto puedes crear una red de apoyo segura, y vives las emociones y las relaciones de manera sana y adaptativa. Cuando acudes a terapia sabes qué puede ayudarte y lo consideras un recurso útil. Estás abierto a la exploración y a la observación de tu persona. Existen retos en la vida que te pueden superar y literalmente partirte en dos, lo que no quita que hagas tus máximos esfuerzos para movilizar tus recursos y superar la situación, con resiliencia y adaptación.
Ahora que sabes en qué se basa cada estilo de apego, ¿Sabes ya cuál es el tuyo?
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